sábado, 19 de septiembre de 2009

Leyenda lapona de “Rika-Maia”





La Leyenda de “Rika-Maia”, la mayoría de los brujos eran hombres, pero también había mujeres que se hicieron brujas. Una de estas brujas poderosas era Rika-Maia, una lapona que vivió de 1660 a 1756 en Mausjaur. Según las leyendas, esta bruja era extraordinariamente rica y era propietaria de una gran manada de renos. Era una bruja muy potente, que poseía grandes poderes mágicos. Dicen que Rika-Maia tenía buenas relaciones con Tiermes, el dios de la tormenta. El dios de la tormenta planeaba por los aires en ropa azul, y hacía pedazos los montes de Laponia con su martillo. Era el dios del agua y del fuego. Rika-Maia sacrificaba renos al dios de la tormenta. Durante el sacrificio enterraba los renos de manera que sólo se veían sus cuernos. Si luego se oía un trueno, significaba que se había recibido el sacrificio con satisfacción.

Se dice que, una vez, alguien intentó robar los cuernos de un reno sacrificado, pero entonces le mató la tormenta. Los sacrificios se hacían en un lugar que se llamaba el Pantanal de la Tormenta, a las afueras de Arvidsjaur. Una vez se encendió un violento incendio forestal que amenazaba los pastizales de los renos de Rika-Maia. Entonces, Rika-Maia, que se había quedado ciega al llegar a la vejez, pidió que su sirviente la llevara al río Mausjaur. Ahí vadeó un largo trayecto y echó un velo sobre su cabeza. Luego empezó a silbar y a lanzar agua mientras tocaba su tambor. Entonces surgió un nubarrón de la nada y empezó un aguacero que extinguió el incendio. Antes de su muerte, Rika-Maia pidió que la enterraran en el Storberget (el gran monte) a fin de que pudiera oír el ruido de los cascos de sus renos cuando estuviera tendida en su tumba. Amenazó, si no se realizara su deseo, con destrozar toda su manada de renos. Cuando se murió Rika-Maia, según su yerno, hubiera sido demasiado pagano enterrarla en el monte, y por consiguiente, la enterraron en un cementerio. El año siguiente fue un año difícil de cría de renos y las manadas fueron yendo más y más lejos y bajaron hasta el litoral del Océano Antártico. No se pudo hacer parar a los renos, que al final llegaron hasta el océano y desaparecieron en el hielo, donde perdieron la vida. De esa manera, se hizo realidad la amenaza de Rika-Maia. Hoy en día, el monte donde quería ser enterrada la bruja se llama Kärringberget (el monte de la mujeruca).

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